De acuerdo con el sitio Expoknews.com, uno de los inventos más útiles de todos los tiempos se apaga para siempre. La bombilla incandescente que durante 132 años ha iluminado millones de hogares en todo el mundo dejará de fabricarse en la Unión Europea, aunque seguirá vendiéndose en las tiendas hasta que se acaben los stocks.
Con la desaparición de las bombillas de menos de 60 vatios concluye la última fase del plan gradual de retirada de las lámparas incandescentes tradicionales iniciado en 2009. El objetivo de la UE es sustituirlas por opciones más eficientes y sostenibles, como las fluorescentes compactas y las LED (con diodos emisores de luz). Se podrá seguir utilizando las incandescentes mejoradas de clase C o B, que tienen un aspecto y ofrecen una luz muy parecida a la tradicional pero han sido mejoradas con tecnología halógena. Los fluorescentes tradicionales también dejarán de fabricarse en los próximos años.
Según cálculos de la Comisión Europea, en 2020 se conseguirá un ahorro de electricidad equivalente al consumo anual de 11 millones de hogares y una reducción media del recibo de la luz de un 15%. Gracias al menor consumo de electricidad, un hogar medio puede tener un ahorro neto de entre 25 y 50 euros al año, dependiendo del tamaño de la familia y del tipo y número de bombillas que utilice. Además, reducirá su impacto ambiental.